Hace unos días, el cielo estaba iluminado de estrellas y yo sentada en una banca de jardín ... triste por una desilución; lloraba, y mientras lloraba Jesús vino en mi auxilio y solidaridad, me dijo:
-- Sabes que yo también lloro cuando tu sufres.
Lo escuche y sólo acerté a decirle en un suspiro, como queriendo refugiarme en Él
-- Te amo, te amo con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas mis fuerzas.
Y la respuesta que hizo transformar esas lágrimas de amargura en lágrimas de felicidad, fué la siguiente:
-- Sabes que yo también te amo así...? con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas mis fuerzas.
Entonces comprendí que Jesús continúa sufriendo por nosotros todos esos problemas que nos aquejan, esa desarmonía y desamor de los seres humanos. Yo sentí realmente su espíritu llorando al lado mío. Y estoy segura de que todo lo que nos aqueja, nos inquieta, nos mortifica; también a Él también le aqueja, le inquieta y le mortifica. Él es el ser mas tierno y dulce cuando se manifiesta en tu vida. Te invito a conocerlo y a escucharlo dentro de tu corazón, y estoy segura que si haces una total entrega de todo tu ser, y hablas con Él desde lo mas íntimo de tu existencia, sin fórmulas, sin receta, solamente con tu corazón en la mano, el mismo te responderá.
María Guadalupe
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