Quiero compartirles mi profundo amor al padre que me bendice a cada momento y que a ustedes también aunque a veces no lo sientan.
Mi Padre amado me ha visitado todo el fin de semana con su tenue olor a nardos y jazmines, y le he pedido por todos ustedes y por la humanidad para que lo veamos a cada instante en cada ser humano con el que convivamos ya que todos somos chispa divina de su esencia.
Te pido que cuando ores le alabes, lo bendigas, lo exaltes y platiques con el desde el meritito fondo de tu corazón. El te escucha y te bendice siempre.
Medita en el al abrir tus ojos y agradécele el que estas vivo, el que tienes una cama donde dormir, voltea y ve todo lo que tienes y da gracias, mas no te fijes ni empecines solo en aquella cosa que te falta. Más sin embargo si necesitas pedirle algo, pídeselo con profunda fé.
Agradece y bendice tus alimentos, y a todas las personas que contribuyeran a que éste, estuviera en tu mesa.
Da, si… da una moneda o muchas al necesitado, da una cobija al que tiene frío, da alimento al que tiene hambre, y si tus posibilidades económicas no te alcanzan ni para eso, entonces da una sonrisa, una palabra de aliento, pero no te olvides de dar.
Sabias que Dios recompensa al generoso, entonces pues, seamos generosos.
Perdona a tus semejantes y perdónate a ti misma por los errores que has cometido voluntaria e involuntariamente. Porque así como tu quieres que Él te perdone, tu también debes perdonar.
Quise compartir esta hermosa experiencia contigo y estos principios básicos que nos acercan a nuestro creador.
Alabado sea cristo Jesús!
Que dios te llene de bendiciones.
María Domínguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario