sábado, 11 de septiembre de 2010

Dispuesto a Ayudarte


Queridos hijitos mios:

Estoy aquí presente en este momento, en este preciso instante en que tu lo necesitas, y está atento a este mensaje que no es obra de la casualidad el que lo leas, yo se que es el momento de que lo recibas.
Lo que te quiero decir es que los seres humanos están en un momento de transición en el que deben estar alertas, atentos a cada acontecimiento que cruce por sus vidas, porque ustedes deben saber diferenciar, discernir todo en cada momento , que sigan el rumbo de su vida, de su destino final, quiero decirles que no todo lo que ven con sus ojos es lo real, porque el mundo espiritual es mucho más grande y que deben abrirse a esa posibilidad que no ven pero que existe, que es lo real, tan real como el universo mismo. No quiere decir que por ser de día las estrellas no estén en su lugar, ellas siguen estando y sólo al anochecer puedes verlas, o la luna. Es existen aunque no las veas de día.
Así igual, debes pensar en eso cuando se te presente una situación adversa, en ese momento no me vez, no vez a mi Padre pero existimos, somos reales, no somos solamente o simplemente un mito, unos seres alejados de ustedes sino todo lo contrario, estamos listos para ayudarlos en todo momento en que lo necesiten. Deben recordarlo, deben asimilarlo en cada momento, no se trata de estar alejados del creador sintiéndose totalmente autónomos porque entonces estarían cayendo en un error, en una ilusión falsa que no los conducirá a nada bueno. Deben ser pacientes, amorosos, comprensivos y mirar al prójimo con los ojos que Dios ve.
Y se preguntarán ¿cómo ve Dios a sus hijos?
Es más fácil de lo que se imaginan, los ve totalmente buenos, generosos, diligentes y amorosos, muy amorosos Él sabe que son así y no puede verlos de otra manera, y sabe que son parte de Él, como sus hijos a imagen y semejanza, con una chispa divina de su esencia. Lo que pasa es que no puede verlos diferentes, ahora, si sus hijos están haciendo algo que va en contra de los principios universales del amor, sólo los perdona... porque Él es el Padre misericordioso, aquí no es el problema del Padre o el problema mío, sino que el hijo en cuestión, es quien no sabe realmente quien es, y está totalmente desubicado.

Así es mi Padre, así soy yo porque somos uno en esencia con el Espíritu Santo. No juzgamos, ustedes mismos son quienes se juzgan a sí mismos, se flagelan y se creen con el poder suficiente para juzgar a sus propios hermanos de la vida. Se mancillan por el poder, por tener una razón análoga, una razón esquizofrénica, sin sentido y todavía cobijan su razón que no es otra cosa que el ego alejador del amor de Dios, el ego que perturba su mente, su alma, su corazón.

Deben estar alertas, deben ignorar a ese ego que no terminará sino queriéndose apoderar de esa criatura hermosa y bella, única y genuina e irrepetible que eres tu mismo (a). Así es como funciona, solamente mira con los ojos de Dios y verás que al mirar desde otra perspectiva, tu mundo empezará a cambiar. Pídenos ayuda y nosotros te asistiremos, pide, se específico, claro. Sabemos que tienes muchas necesidades pero aunque sabemos que necesitas muchas cosas, queremos que nos digas ¿cómo quieres que lo hagamos?

Recuerda si tu solicitas nuestra ayuda, pídelo desde el fondo de tu corazoncito limpio y puro, porque yo así los veo. Pide y se te dará, toca y se te abrirá… asi es, si tu lo crees realmente lo verás manifiesto.

Por otro lado estoy feliz de que hayas prestado tu tiempo para prestar atención a este mensaje que doy a través de mi hijita, esta mujercita hermosa que al principio era una escéptica e investigadora del tema y entre mas investigó, mas se sumergió en el Río del Espíritu de Dios, porque era una ingenua, todo lo ponía en tela de juicio y ahora su vida ha dado un vuelco tremendo y me presta su mano para darte esos mensajes que se que tocarán tu corazón en gran manera, porque así es el Espíritu de Dios, cuando te toca, te toca para toda la vida y ya no podrás ver igual, simple y sencillamente porque ahora sabrás quien eres tú, y ¿quién eres tú?. Sencillo, tu eres yo soy uno contigo en la alegría del Espíritu Santo y somos buenos, eso es lo que somos, eso es lo que eres tu mismo y no te has dado cuenta, no has querido despertar de tu letargo porque le estas dando veracidad a lo irreal, a lo que es solamente un holograma falso. Solamente descubre lo que tienes en tu corazón.
Y sabes, tienes algo muy grande y poderosos en ese bello corazón, allí alberga el Espíritu de Dios, siéntate en calma y hablale, hablale con el más tierno amor que puedas, porque él de ahí sale y es tu guía, pide:
- Espíritu Santo, ya no quiero sufrir, no se quien realmente soy, pero tu si lo sabes, yo soy uno contigo, yo soy un ser que no he descubierto tu divinidad en mí. ¡Ayúdame, asísteme! Se mi guía en todo momento, en toda situación tu eres quien me conducirá a mi Padre Amado. Pues finalmente quien ama al hijo, ama al Padre, en esa unión inseparable y tus hermanos también son hijos de nuestro Padre Dios.
Aquí estoy dispuesto a ayudarte, dime solamente: Padre, amigo, hermano, ayúdame, asísteme, se que estás en mi corazón. Y créelo, tu corazón es el templo que Dios tiene en ti, debes alabar su divinidad en ti, debes complacerte y agradecer, ser generoso.
Ahí estoy yo, en todas las virtudes de los seres humanos, porque las virtudes son amor inseparable del creador. Yo sólo te digo que te amo con el más profundo amor y que así debes tu amar a tu prójimo, porque ahora ya sabes quién eres, y debes hacerlo saber a tus hermanos para que hagan lo mismo y así vaya transformando su mundo, convirtiéndolo en un mundo lleno de amor que es como nuestro Padre quiere verlo. Su deseo no es destruirlo, pero a veces ha tenido la humanidad que tocar fondo, quizá tu fondo llego hasta éste instante y es hora de que cambies, pero recuerda que nosotros no actuamos fuera de tu libre albedrío porque por eso se les dio la capacidad de elegir, de discernir.
Me despido queridos hijitos míos, sabiendo de su capacidad transformadora de corazones. Los bendigo por siempre desde el principio de los tiempos.
Jesús.

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